; yo no quiero contigo ni sin ti; lo que yo quiero, muchacha de ojos tristes, es que mueras por mi. Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si
: Yo no tenia ganas de reir, tu reias para no llorar; yo le guinaba un ojo a mi nariz, tu consolabas a tu soledad. Yo sin ninguna escoba que vender,
seriedad, que mal ejemplo para los mercaderes de los templos ese alquimista de las emociones que cura las heridas con canciones. Mi primo el Nano, que no me toca nada y es mi
dos perlas de carbon, provocandome al juego tropical y pirata de la gata mulata y el raton. Y en vez de las respuestas que buscaba un ciclon de preguntas me
razon, yo solo te conte media verdad al reves (que no es igual que media mentira). Mejor que yo miente la necesidad; sabe de sobra como hacerte llorar; mi
que alquilaba ahorita les dire lo que paso. Tantas cosas me dio que no me daban, tantas caricias casi de verdad, que a mi se me olvido que trabajaba
: Son casi las 6 como cada manana y la cabeza me da vueltas de campana. La vida huele a serrin y a sueldo de camarero y las demas blasfemias me las
ahora no me quiero acordar. Asi que, de momento, nada de adios muchachos, me duermo en los entierros de mi generacion; cada noche me invento, todavia me
llevado mi coche; para celebrarlo me pido otra copa y una coleguita vomita en mi ropa; y llueve, y un taxi que parece un barco me arrolla y me deja sentado
: Sugiero que el mas triste de los presos tenga derecho a sabanas de seda; bendita sea la boca que da besos y no traga monedas. Propongo corromper al
mirada. Y me envenenan los besos que voy dando y, sin embargo, cuando duermo sin ti contigo sueno, y con todas si duermes a mi lado, y si te vas me voy
al nino que fui espabilo. A la flor de lis de las peluqueras que me trajo el tren de la primavera y el tren del invierno me arrebato. A las flores de
: Porque no quiso ser estatua de sal le llamaban todos "culo inquieto", aparentaba ser un tipo normal pero guardaba un secreto. Cuando a los cinicos
Porque no quiso ser estatua de sal le llamaban todos "culo inquieto", aparentaba ser un tipo normal pero guardaba un secreto. Cuando a los cinicos les
yo le guinaba un ojo a mi nariz, tu consolabas a tu soledad. Yo sin ninguna escoba que vender, tu con mil y una noches que olvidar; a mi no me queria
yo no quiero sembrar ni compartir; yo no quiero catorce de febrero ni cumpleanos feliz. Yo no quiero cargar con tus maletas; yo no quiero que elijas mi champu; yo
al nino que fui espabilo. A la flor de lis de las peluqueras que me trajo el tren de la primavera y el tren del invierno me arrebato. A las flores